CD Entre las Azucenas Olvidado

Entre las azucenas olvidado

Entre las Azucenas Olvidado - Inma Luna

Entre las azucenas olvidado - canciones

Letra: San Juan de la Cruz (excepto “A la muerte de San Juan de la Cruz”, obra de las Carmelitas Descalzas de Dos Hermanas -Sevilla- y “Mi Amado para mí”, obra de Santa Teresa de Jesús)
Música: Inma Luna (excepto “Mi Amado para mí”, música de David Artigas)
Arreglos musicales: David Artigas
Grabación, mezcla, mastering: Castle Rock Records
Diseño gráfico: Juan A. Riviere

© 2021. Todos los derechos reservados.
Depósito Legal: BI-00598-2021

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"Entre las Azucenas Olvidad - San Juan de la Cruz"?

Letras

Un pastorcico solo está penado
ajeno de placer y de contento
y en su pastora puesto el pensamiento
y el pecho del amor muy lastimado.

No llora por haberle amor llagado
que no le pena verse así afligido
aunque en el corazón está herido
mas llora por pensar que está olvidado.

Que sólo de pensar que está olvidado
de su bella pastora con gran pena
se deja maltratar en tierra ajena
el pecho del amor muy lastimado.

Y dice el pastorcico: ¡Ay desdichado
de aquel que de mi amor ha hecho ausencia
y no quiere gozar la mi presencia
y el pecho por su amor muy lastimado!

Y a cabo de un gran rato se ha encumbrado
sobre un árbol, do abrió sus brazos bellos
y muerto se ha quedado asido de ellos
el pecho del amor muy lastimado.
En una noche oscura,
con ansias en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.

A oscuras y segura,
por la secreta escala disfrazada,
¡oh dichosa ventura!
a oscuras y encelada,
estando ya mi casa sosegada.

¡Oh noche que guiaste!
¡oh noche amable más que el alborada!
¡oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada!

Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el amado;
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.
Tras de un amoroso lance
y no de esperanza falto
volé tan alto tan alto
que le di a la caza alcance.

Para que yo alcance diese
a aqueste lance divino
tanto volar me convino
que de vista me perdiese;

Por ser de amor este lance
di un ciego y oscuro salto
y fui tan alto tan alto
que le di a la caza alcance.

Por una extraña manera
mil vuelos pasé de un vuelo
porque esperanza del cielo
tanto alcanza cuanto espera.
¡Oh llama de amor viva
que tiernamente hieres
de mi alma el más profundo centro!
pues ya no eres esquiva
acaba ya si quieres;
rompe la tela de este dulce encuentro.

¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado,
que a vida eterna sabe
y toda deuda paga!,
matando muerte en vida la has trocado.

¡Oh lámparas de fuego
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores
color y luz dan junto a su querido!
¡Qué bien sé yo la fonte que mane y corre,
aunque es de noche!.

Aquella eterna fonte está escondida.
¡Qué bien sé yo do tiene su manida
aunque es de noche!.

Su origen no lo sé pues no le tiene,
mas sé que todo origen della viene
aunque es de noche.

Aquesta eterna fonte está escondida
en este vivo pan por darnos vida,
aunque es de noche.

Aquí se está llamando a las criaturas
y de esta agua se hartan, aunque a oscuras
porque es de noche.

Aquesta viva fuente que deseo,
en este pan de vida yo la veo,
aunque es de noche.
¿A dónde te escondiste, Amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste habiéndome herido:
salí tras ti clamando, y eras ido.

Pastores, los que fuerdes
allá por las majadas al otero,
si por ventura vierdes
aquél que yo más quiero,
decidle que adolezco, peno y muero.

Buscando mis amores,
iré por esos montes y riberas;
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.

¡Oh bosques y espesuras,
plantadas por la mano del Amado!,
¡oh prado de verduras,
de flores esmaltado!,
decid si por vosotros ha pasado.

Mi alma se ha empleado
y todo mi caudal, en su servicio;
ya no guardo ganado,
ni ya tengo oficio,
que ya sólo en amar es mi ejercicio.
Entréme donde no supe
y quedéme no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.

Yo no supe dónde entraba,
pero cuando allí me vi,
sin saber dónde me estaba,
grandes cosas entendí;
no diré lo que sentí,
que me quedé no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.

Este no saber sabiendo
es de tal alto poder,
que los sabios arguyendo
jamás le pueden vencer;
que no llega su saber
a no entender entendiendo,
toda ciencia trascendiendo.

Y es de tan alta excelencia
aqueste sumo saber,
que no hay facultad ni ciencia
que le puedan comprender;
quien se supiere vencer
con un no saber sabiendo,
irá siempre trascendiendo.
La media noche ya se iluminaba.
¡Ay Dios a punto de rasgar el velo…!
Y Fray Juan esperaba
para cantar maitines en el cielo.

Descubre tu presencia
y máteme tu vista y hermosura.
mira que la dolencia
de amor, que no se cura
sino con la presencia y la figura.

Cómo callaba el alma, cómo callaba,
los ángeles cantándole por dentro,
que Dios le preparaba
para romper la tela del encuentro.

Nuestro lecho florido,
de cuevas de leones enlazado,
en púrpura tendido,
de paz edificado.
de mil escudos de oro coronado.

¡Oh noche largamente deseada!
¡Qué momento de amor para el Carmelo!
Y Fray Juan esperaba
para cantar maitines en el cielo.

Gocémonos, Amado,
y vámonos a ver en tu hermosura
al monte y al collado,
do mana el agua pura,
entremos más adentro en la espesura.

¡Cómo le ardía la llama, cómo le ardía,
el alma tensa ya para el abrazo!
¡Ay! Fray Juan se dormía
en el amor de Dios, en su regazo.

Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.

¡Oh noche largamente deseada!
¡Qué momento de amor para el Carmelo!
Y Fray Juan esperaba
para cantar maitines en el cielo.
Mil gracias derramando
pasó por estos sotos con presura;
y, yéndolos mirando,
con sola su figura
vestidos los dejó de hermosura.
Ya toda me entregué y dí,
y de tal suerte he trocado,
que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.

Cuando el dulce Cazador
me tiró y dejó herida,
en los brazos del amor
mi alma quedó rendida;
y, cobrando nueva vida,
de tal manera he trocado,
que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.

Hirióme con una flecha
enherbolada de amor,
y mi alma quedó hecha
una con su Criador;
ya yo no quiero otro amor,
pues a mi Dios me he entregado,
y mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.